domingo, 8 de mayo de 2011

ÑANDE RU



ATENEO DE LENGUA Y CULTURA GUARANI
Maitei horyvéva opavavépe
David Galeano Olivera

ÑANDE RU
Publicado por BoliviaBella.com
Leer también (hacer clic) en: http://dgaleanolivera.wordpress.com/nande-ru/

Cuentan los Guaraníes que en el principio de los tiempos estaba solo el Dios Creador, que ellos llaman Ñande Ru. Ñande Ru se había creado a sí mismo, de a poco.
En ese entonces no había ni árboles ni montañas, ni gente, ni nada. En su soledad, Ñande Ru empezó a crear. Creó primero el lenguaje de los hombres, las palabras. Y entonces quiso que alguien más pudiera hablar y creó a otros dioses, cuatro parejas de dioses que a su vez iban a tener hijos también dioses.
Después, Ñande Ru hizo que la punta del bastón que siempre llevaba en la mano empezara a engordar, más y más. De allí salió la Tierra, de a poquito.
Para que la Tierra no se moviera, creó una palmera. Era una palmera que iba a durar para siempre y estaba justo en el medio de la Tierra. Después creó otra palmera igual en el Este (que es por donde sale el sol), otra en el Oeste, otra en el Norte y otra en el Sur. Y así, con esas cinco palmeras que iban a vivir siempre, sin secarse nunca, la Tierra quedó como clavada, bien firme.
Al cielo lo dejó apoyado sobre cuatro columnas, cuatro postes de madera iguales a un bastón.
Fue entonces cuando hizo los primeros animales y las primeras plantas. Uno de los primeros que voló por ahí fue el Colibrí; la Víbora fue la primera que se arrastró. La primera en cantar fue la Cigarra.
Los Guaraníes dicen que, de entrada, Ñande Ru había hecho la Tierra toda tapada por una selva que no se acababa más; parece ser que después pensó que era mejor que hubiera también campos sin árboles, y ahí creó a la Langosta. La Langosta iba por todos lados, a los saltos,, y en algunos lugares clavaba la cola en el suelo (igual que hacen hoy todas las langostas para poner sus huevos). En ese lugar crecía el pasto y desaparecían los árboles y es así que las llanuras aparecieron después que vino la Langosta. Cuando estuvieron listos esos campos, llegó la Perdiz, que se alegró, cantó de contenta y se quedó a vivir ahí.
Después Ñande Ru inventó el Tatu, que se puso enseguida a escarbar la tierra.
La Lechuza quedó como dueña de la oscuridad; por eso, sale nada más que de noche y duerme de día.
Después vinieron otros muchos animales y también los primeros hombres y mujeres.
Entonces, Ñande Ru se volvió al cielo y les dejó encargado a los otros dioses que cuidaran bien de todo.
Pasó el tiempo; algunas personas se habían vuelto muy buenas pero otras se habían vuelto muy malas: no todo andaba bien, así que los dioses decidieron que era mejor hacer arreglos.
Pero para no dejar las cosas a medias, mandaron un diluvio: toda la Tierra se inundó. La gente buena pudo subir al cielo con Ñande Ru pero los que eran malos se transformaron en animales: ranas, peces y otros bichos.
Después, Ñande Ru le pidió a otro de los dioses, que se llamaba Jakaira, que se encargara de hacer de nuevo la tierra. Jakaira, a su vez, le dio trabajo a su hijo Papa Mirî.
Papa Mirî trabajó mucho. Hizo nuevas plantas, nuevos animales; fue amasando la tierra nueva y llenándola de árboles y pasto. Hizo ríos y arroyos. Pero parece que antes de que terminara lo llamó la madre, porque lo quería ver, y Papa Mirî dejó las cosas como estaban. Y dicen los Guaraníes que por eso hay montañas que no son sino montones de tierra y piedras que le sobraron al dios y que a la gente no le sirven de nada.

Rehendusérô “Ñande Ru” rehegua mombe’u, ehesakutu ko’ápe: http://www.youtube.com/watch?v=m8fc5H7JNFE&feature=player_embedded

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